Hogar

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10 objetos que podrías eliminar de tu hogar hoy mismo (y no echarlos en falta nunca más)

Todos tenemos en casa una serie de objetos que nos da pena tirar, y camuflamos este apego con frases como el mítico “por si acaso” o el “quizás lo necesito algún día”. Pero todas las organizadoras profesionales coinciden: esos elementos solo acumulan polvo, quitan espacio, consumen tu energía y afean tu hogar. Seguro que, si te pones a pensar, se te ocurren unos cuantos ejemplos, pero te traemos 10 básicos con los que empezar a tirar te resultará mucho más fácil

1. Guantes y calcetines desparejados

Ni usarás los guantes de uno en uno ni los calcetines desparejados. Si tras poner un par de lavadoras aún no ha salido su pareja, es hora de asumir que hay que deshacerse de esta prenda. Lo mismo sucede con la ropa interior vieja o agujereada.

2. Velas consumidas

Es el momento de deshacerte de esas pequeñas charcas de cera con una mecha negra y consumida porque ni iluminan, ni hacen bonito. ¡Más bien lo contrario!

3. Botes o muestras vacías o caducadas

A veces olvidamos que los cosméticos expiran, no los podemos tener allí eternamente. Comprueba las fechas de caducidad de tus cremas y champús, tira los botes vacíos y deshazte de las muestras que lleven semanas abiertas. El botecito de gel que cogiste de aquel hotel hace unos cuantos meses también entra en esta categoría.

4. Perchas diferentes, deformadas o feas

La falta de uniformidad en las perchas desarregla mucho tu armario, pero aún más aquellas que están deformadas, son viejas o son de la tintorería. Deshazte de aquellas que rompan la armonía o sean disfuncionales porque dan sensación de desorden.

5. Bisutería que se ha puesto fea

Uno de los riesgos de la bisutería más económica es que se oxide o se ponga negra. Cuando eso pasa, sabes que la vida útil de ese colgante o ese anillo ha llegado a su fin… que no te sepa mal tirarlo porque, admítelo, ya no te los vas a poner.

6. Mandos y cables que no sabes de dónde son

Todos tenemos un cajón en casa lleno de cables y mandos a distancia que no funcionan o no sabemos a qué aparato pertenecen. Un consejo: dedica un rato a identificar de dónde salen o para qué sirven y, si desconoces su origen, deshazte de ello.

7. Tés e infusiones, mermelada, encurtidos, salsas de la nevera

Si bien es útil tener un “fondo de armario”, tener un fondo de nevera o despensa es antihigiénico y dice poco de ti. Que haya alimentos que no caduquen no significa que tengas que conservarlos infinitamente. Si esa mostaza se ha secado, si esos pepinillos en vinagre ya no crujen y esa mermelada solo ocupa espacio en la nevera, toca deshacerse de ellos (y plantearse si, para la próxima vez, los pondrás en la lista de la compra).

8. Gafas ralladas

Es habitual que las personas con problemas de visión se cambien las gafas periódicamente, ya sea por un cambio en la graduación, por querer un nuevo estilo o simplemente porque se han roto o rallado. Si eres de los que guardan estas últimas, piensa si realmente te serán útiles en el futuro… seguramente no.

9. Múltiples cascos de moto o bici

Hay quien tiene una colección de cascos de moto o bicicleta en su casa, pero ¿por qué acumularlos si solo podemos llevar uno a la vez? Conserva uno por persona y, como excepción, uno o dos cascos por si tienes que llevar a alguien. Eso sí, asegúrate de que están en buen estado, porque si están muy viejos ¡no protegerán adecuadamente!

10. Guías telefónicas y libros repetidos

Por motivos que no alcanzamos a comprender, a veces tenemos el mismo libro dos veces. Es la excusa perfecta para regalarlo o, en su defecto, desecharlo: hay muchas iniciativas para el aprovechamiento de los libros. Por otro lado, con la llegada de Internet las guías telefónicas o “páginas amarillas” dejaron de tener sentido. No tengas miedo a deshacerte de ellas.