Huerto KM 0

Huerto KM 0

Consejos para tener tu propio huerto urbano

Los huertos caseros son productivos y te permiten conectar con la naturaleza en plena ciudad. Son verdaderos oasis que aportan bienestar y forman parte de una tendencia cada vez más extendida.

Piensa por un momento en la cantidad de metros cuadrados que no aprovechamos y que podrían mejorar el paisaje urbano y facilitar alimento sostenible.

Puedes limitarte a crear un huerto en tu propia terraza, o participar en una comunidad que desarrolla un cultivo en la azotea de tu edificio.

Además, la pandemia ha acelerado la demanda de espacios verdes en superficies colectivas, siguiendo la estela de las iniciativas desplegadas, hace ya unos años, en muchos rascacielos de ciudades como Hong Kong.

Son muchas las ventajas de plantar tus propias hortalizas y verduras, ya que tendrás a tu alcance todos los nutrientes de cada especie y en el mejor momento para disfrutar de su sabor.

Para empezar, basta seguir unos sencillos consejos.  

Tiempo y herramientas

Puede que tengas que dedicarle a tu huerto una media hora diaria, y te bastará con una azadilla de mano, una pala pequeña, unas tijeras de podar y un pulverizador.

Luz

Como mínimo necesitas que tu huerto reciba 5 horas de sol al día. Si no es así también tienes opciones que no requieren tanta luz natural, como las patatas y las coles.

Macetas y mesas

Necesitas que el tamaño sea el apropiado: a una lechuga, por ejemplo, le basta con un volumen de 2 litros, mientras que una tomatera requiere 20 litros. Puedes reciclar objetos diversos para crear jardineras y maceteros: desde neumáticos a palets.

Agua

Es mejor regar al atardecer, siempre de forma regular y dependiendo de la época del año. El sustrato debe mantenerse húmedo, no encharcado. Asegúrate de que las macetas tengan un buen drenaje y evita los recipientes con agua estancada para no atraer a los mosquitos.

Espacio

Si no tienes una terraza amplia te bastará con un balcón o incluso con una ventana. Si solo dispones de un espacio muy reducido, empieza con especies pequeñas y aprovecha opciones de distribución vertical.

Sustrato y semillas

Asegúrate de usar un sustrato indicado para cultivos ecológicos. Son aquellos que no han sufrido procesos de desinfección artificial. Entre ellos está el sustrato universal, la fibra de coco, el compost o la vermiculita. Intenta contar siempre con semillas ecológicas. Son siempre la mejor opción.

El momento apropiado

La naturaleza tiene su ritmo y cada especie tiene su tiempo propio para la siembra. Tienes que tener siempre presente un calendario específico.

¿Qué cultivar?

Elige especies autóctonas. Puedes empezar por lechugas, berenjenas y tomates. Si te preocupa estar en una zona con mucha contaminación, las hortalizas más resistentes son los bulbos (cebolla, ajo) y las raíces (remolacha, zanahoria).

De momento, olvídate de las opciones difíciles (deja los guisantes o las naranjas para más adelante). Pero puedes probar con las fresas silvestres.

Rotación y diversidad

No vuelvas a plantar la misma verdura en el mismo sitio: alterna los cultivos para obtener los mejores resultados. Al mismo tiempo, recuerda combinar especies diversas (que sean compatibles) y añadir plantas aromáticas (menta o romero, por ejemplo).

En definitiva, el cultivo para el autoconsumo es una fuente de salud, biodiversidad y lecciones vitales, donde la constancia tiene siempre su recompensa.