Prescindir de ciertos hábitos puede ser difícil, sobre todo si se trata de productos diseñados para que su sabor sea irresistible. Estos son algunas opciones que deberías evitar siempre que puedas.
1. Fast food
Es mucho más rentable (en todos los sentidos) cocinar que recurrir a la comida rápida. La falta de tiempo es una mala excusa.
2. Refrescos azucarados
Elimínalos de tu dieta: son adictivos y su contenido en azúcar es desmesurado. Tampoco es bueno optar por las opciones «sin azúcar» si quieres acostumbrarte a los sabores no edulcorados.
3. Ultraprocesados
Ocurre lo mismo que con el fast food, pero los tienes en el súper: las pizzas preparadas, las salchichas tipo Frankfurt, la bollería industrial y todos los productos precocinados son ricos en grasas saturadas y calorías vacías.
4. Opciones light
Por extraño que parezca, los productos calificados como «light» son desaconsejables. No te sacian, no aportan nutrientes y te llevan a comer más.
5. Alcohol
(Casi) todo el mundo te dirá que una copa, de vez en cuando, no representa ningún problema. Tampoco te aportará nada, aparte de calorías vacías.
6. Fritos
Evita las empanadillas, torrijas, croquetas y, sobre todo, la opción que más cuesta comer con moderación: las patatas fritas.
7. Azúcar
Consumimos a diario más del que necesitamos y no nos damos cuenta. Ya hemos mencionado las bebidas gaseosas, pero también debemos evitar los zumos procesados y los dulces que no sean (de verdad) caseros. En cuanto al azúcar que añades al café: no aporta ningún beneficio y mantiene tu dependencia de los sabores dulces.
8. Queso curado
Puede sorprender encontrar, entre tantas opciones con tan mala prensa, un producto en principio saludable. Lo cierto es que los quesos curados son excesivamente grasos y contribuyen a la retención de líquidos por su alto contenido en sal.
9. Cereales de desayuno y barritas de cereales
No te dejes engañar por la palabra «cereales»: ambos son ultraprocesados que contienen grasas trans y un exceso de azúcar.