Salud y Bienestar

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Salud sobre ruedas: ¿por qué es conveniente moverse en bici?

Cada 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta. Según la OMS, ofrecer a los ciudadanos infraestructuras y facilidades para desplazarse con este vehículo garantiza beneficios en salud, sostenibilidad y movilidad urbana.

¡Muévete!

Cualquier ejercicio que hagamos, por moderado que sea, siempre es mejor que nada. No hay que resignarse ante la evidencia de que no siempre tenemos tiempo para acudir a un gimnasio y mantenernos en forma. Lo primero que podemos hacer es caminar. Y el siguiente paso puede ser subirse a la bici.

La opción de contar con este medio de transporte activo es interesante por varias razones: es una alternativa saludable porque proporciona una rutina diaria de ejercicio y contribuye a que respiremos un aire de mayor calidad.

Sana, ecológica y rentable

Cada 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta con un objetivo muy claro: destacar los beneficios de apostar por un medio de transporte limpio, asequible y cuidadoso con el medioambiente. Su implantación en los nuevos modelos de ciudad es fundamental para impulsar un desarrollo sostenible.

Ir en bicicleta con regularidad reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes vasculares, diabetes y otros problemas de salud. Por si esto no fuera suficiente, tiene otros efectos en nuestro entorno, como son la reducción de los niveles de ruido y de la congestión del tráfico.

Un invento que no deja de rodar

La Asamblea de las Naciones Unidas decidió dedicarle en 2018 un Día Mundial, pero la bicicleta tiene más de dos siglos de historia (aparte de un Día de la Bicicleta no oficial que se celebra cada 19 de abril).

Aunque algunos atribuyen su origen a Leonardo da Vinci o a los antiguos egipcios, la versión más extendida es esta: la primera bicicleta fue un invento del alemán Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn que, en 1817, ideó su Laufmaschine («máquina de correr»). Este artilugio de madera se conoció en España como velocípedo.

Aunque contaba con dos ruedas y una montura, la Laufmaschine requería alternar los dos pies para impulsarse. Hasta que, en 1839, el escocés Kirkpatrick Macmillan añadió dos pedales en el eje de la rueda delantera. Pensemos que estos primeros modelos no tenían frenos: había que contrapedalear o poner los pies en el suelo.

La bicicleta moderna es heredera de la aportación de John Kemp Starley: en 1885, este industrial inglés estableció la tracción en la rueda trasera a través de una cadena. Solo faltaba la mejora definitiva, que llegó en 1888 de la mano de John Dunlop: el neumático.

Una forma de entender (y recorrer) el mundo

Además de aportar salud y movilidad sostenible, la bicicleta está destinada a formar parte del paisaje de los centros urbanos. Además de disminuir la contaminación, es una herramienta al alcance de todos: desde el ciudadano que la utiliza como medio ocasional para desplazarse hasta el profesional del ciclismo de competición, pasando por el viajero que quiere vivir aventuras de la forma más ligera, veloz y económica.

Lecturas recomendadas:

· España en bicicleta. 101 Rutas ciclistas imprescindibles

Sergio Fernández Tolosa

· No sin mi bicicleta. Una guía para vivir sobre dos ruedas

Anna Brones