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10 maravillas que hay que ver al menos una vez en la vida

Logros imposibles de la madre naturaleza tras siglos o milenios, joyas de civilizaciones antiguas o retos de la ingeniería y arquitectura modernas: el mundo es lo bastante grande y diverso como para albergar un sinnúmero de fascinantes maravillas que todos disfrutaríamos contemplando al menos una vez en la vida. A continuación, te traemos una selección de algunas de las maravillas más famosas y sorprendentes alrededor del globo que pueden inspirar tu primer gran viaje del año. ¿Las conocías todas?

1. Torre Eiffel: Puede parecer un tópico comenzar esta lista con la torre más famosa y prominente de París, ¡pero es que la Torre Eiffel lleva años repitiendo como el monumento de pago más visitado del mundo! Aproximadamente 7 millones de personas se adentran y suben a esa espectacular estructura de hierro cada año (tres cuartas partes de dichos visitantes son extranjeros) y tal cifra no incluye a todas las personas que se acercan curiosas para fotografiar la Torre y contemplar todos sus detalles sin llegar a pagar la entrada. Ya sea que quieras sacarte un selfie con ella a lo lejos, subas a su vertiginoso mirador para contemplar las mejores vistas de la capital francesa, o la admires desde el Sena nocturno cuando se ilumina en bellos dorados, la Torre Eiffel es sin duda digna de este puesto.

2. Templos de Angkor, Camboya: Nos trasladamos hasta el Sudeste Asiático para encontrar los restos mejor conservados de una civilización apasionante. En particular, el Angkor Vat constituye el templo hinduista más grande y en mejores condiciones de todo su asentamiento. Símbolo del antiguo Imperio jemer, que llegó a abarcar territorios de las actuales Tailandia, Laos, Vietnam, Malasia, Birmania y la propia Camboya en sus años de esplendor, este templo de piedra envuelto por la naturaleza constituyó el corazón de toda su capital. Además de su inigualable valor arqueológico, este templo dedicado a Vishnú, el Preservador, ostenta el título de estructura religiosa más grande jamás construida por el ser humano. Ya busques emocionantes aventuras al más puro estilo de Indiana Jones, las mejores fotografías o un viaje espiritual para conectar con tu yo interior, Angkor es la respuesta.

3. Taj Mahal, India: No muy lejos de allí, en el exótico subcontinente de la India, se encuentra otra de esas joyas que nos dejarían a todos sin palabras si tuviéramos la oportunidad de admirarlas con nuestros propios ojos. Edificado en Agra, una de las ciudades más importantes del país y antigua capital del Imperio mogol a orillas del río Yamuna, es considerado uno de los lugares más bellos y también más románticos del mundo. ¿El motivo? El emperador Sha Jahan I lo mandó edificar para su amada cuarta esposa, Mumtaz Mahal, la cual falleció durante el parto de su decimocuarto hijo. Se dice que Jahan pasó la última década de su vida contemplando el mausoleo dedicado a su esposa y, al morir, se le enterró allí junto a ella. Sin duda, una joya de la humanidad hermosa a cualquier hora del día o la noche.

4. Parque Nacional del Cañón Bryce en Utah, Estados Unidos: No todas las maravillas del mundo serán creaciones humanas. Algunas han surgido por el devenir de la naturaleza, y el gigante norteamericano cuenta con varios ejemplos de ello, desde el Géiser Fly en Nevada al Gran Cañón de Colorado o el Parque Nacional de Yosemite, este país ofrece una variedad y una grandeza difíciles de igualar. La propuesta que os traemos aquí es el Parque Nacional del Cañón Bryce. Esculpido por la erosión del viento y el agua sobre la roca durante los siglos, su llamativo aspecto se caracteriza por las llamadas chimeneas de hadas, unas formaciones geológicas únicas que le dan a este paisaje de tonos cálidos el aspecto de un verdadero anfiteatro natural.

5. Coliseo de Roma, Italia: Y de un anfiteatro, a otro: volvemos al corazón del Viejo Continente para admirar el símbolo de Roma. Si toda la capital italiana parece un enorme museo en sí misma, repleta de joyas del pasado bien conservadas, el Coliseo es sin duda el epicentro de todas ellas. Inicialmente bautizado como Anfiteatro Flavio, cambió su nombre cuando se le situó al lado una escultura del Coloso de Nerón. Con una capacidad original para 65.000 personas, este anfiteatro de bloques de travertino construido en el primer siglo del calendario gregoriano fue escenario de peleas de gladiadores, macabros espectáculos con fieras, e incluso recreaciones de batallas navales. Hoy se ha convertido en una visita turística ineludible para coronar por todo lo alto una aventura repleta de cultura, historia y gastronomía exquisita.

6. Chichén Itzá, México: Situada en el Yucatán y considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde finales de los 80, esta muestra arqueológica debió encontrar su origen en alguna clase de rituales o ceremonias antiguas, pues su nombre puede traducirse como “boca del pozo de los sabios del agua”. Envueltas por el verde de la frondosa vegetación local, estas ruinas tienen su corazón en el templo de Kukulcán, una espectacular pirámide construida en roca por los mayas con unos diseños geométricos capaces de sobrevivir de forma especial al paso de los siglos. Su dios anfitrión, Kukulcán, se relacionaba con los elementos del viento y el agua. Se trata de una de las muestras arqueológicas más notables de toda la humanidad y sus incontables peldaños a cada lado de la pirámide despiertan la admiración de cuantos los ven.

7. Cataratas Victoria, Zambia y Zimbabue: Cascadas y cataratas son otro de los mayores espectáculos que puede ofrecer la naturaleza: desde las famosísimas Cataratas del Niágara en los Estados Unidos a las de Iguazú, entre Argentina y Brasil, estas monumentales caídas constantes de agua, la espuma brotando en su base, el estruendo a medida que uno se acerca y los arcoíris dibujándose a su alrededor, hacen de ellas un espectáculo sin igual. En este caso, nos fijamos en las Cataratas Victoria, en el África austral entre Zambia y Zimbabue. Bautizadas por un explorador y misionero escocés en honor a la Reina Victoria, este paisaje forma parte no de uno sino de dos parques nacionales a la vez. Sus casi dos kilómetros de ancho y más de cien metros de alto se pueden admirar desde un espectacular puente de acero ideado para ensalzar este espectáculo de la naturaleza.

8. Jardines de la Bahía, Singapur: La inclusión más moderna en esta lista se encuentra en una ciudad y país que ha experimentado una transformación llamativa en los últimos años, atrayendo miradas de todo el mundo por motivos diversos. Sus Jardines de la Bahía, destinados a ser el pulmón turístico de la metrópoli, constituyen un complejo botánico formado por tres grandes jardines y dos invernaderos. La variedad de colores, flora y arquitectura hace sentir a sus visitantes que se encuentran en lugares de lo más distintos y originales. Los colosales árboles artificiales del Jardín del Sur, de más de 50 metros de alto, se iluminan cada noche con un sistema de células fotovoltaicas, haciendo realidad un paisaje de pura ficción que no podrás encontrar en ninguna otra parte.

9. Alhambra de Granada, España: Pero si piensas que es necesario viajar lejos para poder admirar las vistas más espectaculares del mundo, ¡te equivocas! Y es que no son pocos quienes visitan nuestro país cada año para contemplar algunos de los paisajes u obras más hermosas de la humanidad. Y la Alhambra de Granada, en Andalucía, es un ejemplo clarísimo. Heredada del arte andalusí, esta compleja estructura cuenta con elegantes palacios, cálidas fortalezas y jardines de ensueño capaces de enamorar a quien tenga la suerte de verlos en persona. El detalle en los marcos de sus ventanas y mosaicos, sus fuentes y zonas verdes o el espectáculo que suponen sus columnas y pasadizos, son un reclamo para turistas y locales, que quedan anonadados ante semejante joya histórica.

10. Auroras Polares: Dejamos para el final una maravilla de lo más particular, por cuanto no se trata de algo material ni fijo que pueda visitarse siempre. Pero, quienes tienen la fortuna de encontrarse con ella, no vuelven a ser los mismos. Se trata de las auroras polares, el mayor y más mágico espectáculo de la naturaleza donde los vientos solares provocan una serie de reacciones que dan pie a estas maravillosas luces que iluminan el cielo. Bautizadas como auroras boreales en los alrededores del hemisferio norte y australes en el sur, estos brillos parecen conectarnos con algo mucho más grande que nosotros mismos o nuestro propio planeta: el universo entero.